Cuenta la leyenda que en el año 2009 existía un equipo de fútbol que vestía camiseta blaugrana el cuál se paseaba por los campos del mundo desarrollando un juego elegante, preciso y dinámico, capaz de amedrentar al más valiente de los adversarios.

Este equipo estaba fundamentado en chicos que habían salido de su propia cantera, jugadores que habían sido criados en unas mismas creencias, en unos mismos conceptos futbolísticos y juntos los llevaban al campo de fútbol por instinto, porque era lo que siempre habían hecho.

Además, los directivos de este equipo blaugrana supieron mejorar los ingredientes de la casa con la participación de jugadores estelares, que llegaron para mejorar lo que ya había, no para taparles el paso, logrando una combinación explosiva.

La leyenda habla de un equipo con un almirante en la defensa, Piqué, una daga en banda derecha, Alves, dos artistas en la creación, Xavi e Iniesta, y tres asesinos de guante blanco, Henry, Messi y Etoo.

Un equipo que adormilaba a sus rivales a base de toque, de combinaciones, de triangulaciones, de paredes, y de cambios de ritmo en los últimos metros para acabar por matar los partidos en los momentos más importantes.

Un equipo al que había llegado un joven entrenador que supo aportar su granito de arena, el corazón, el coraje, para eliminar cualquier vestigio de posible debilidad mental o física, y ayudar a recrear el equipo perfecto.

Un equipo que ganó la triple corona, que se hizo con una de las Ligas más disputadas que se recordaban, alzándose con una Copa del Rey hasta entonces devaluada, y logrando la Champions League destronando al campeón previo, en algo que otros equipos habían logrado, pero nunca con tanta superioridad.

Sin embargo, la leyenda no habla de años posteriores, no dice si el equipo mantuvo su hegemonía en años sucesivos o si se desvaneció en el paraíso del éxito, para saberlo, habrá que seguir investigando.